Se trata de uno de los monumentos más icónicos de la ciudad, fue construido bajo patrocinio de Agripa, yerno del emperador Augusto, cuando la ciudad fue promovida a capital de Lusitania. El edificio es contiguo al anfiteatro y tiene capacidad para acoger a 6000 espectadores. La escena se cierra por detrás con un muro de 30 metros de altura, el frons scaenae, decorado con columnas de mármol entre las que se aprecian estatuas de emperadores romanos divinizados y dioses subterráneos. Todo ello se erige sobre un podio decorado con mármoles.

Este edificio fue construido en el 8 a.C. El anfiteatro sirvió de escenario para la celebración de espectáculos populares, como juegos de gladiadores, cacerías de fieras y luchas de animales salvajes. En la arena se recreaban bosques, selvas o desiertos sobre grandes tarimas de madera. Se ubica contiguo al teatro y tiene capacidad para entre quince mil y dieciséis mil espectadores. En el medio de la arena existe un gran foso donde se asentaban las tarimas de madera y donde se ocultaban los ingenios necesarios para el desarrollo de los espectáculos.

El centro de la ciudad de Mérida esconde multitud de monumentos romanos en cada una de sus esquinas. Durante el paseo por el casco histórico puedes encontrar las termas de la calle Pontezuelas, el foro romano, el excepcionalmente conservado Templo de Diana, la Puerta de Trajano y la Concatedral de Santa María, de construcción visigótica.

Se trata de una vivienda edificada a finales del siglo I e inicios del II d.C fuera de las murallas de la ciudad. Su extensión y la decoración de algunas de sus estancias dejan entrever que sus propietarios fueron personalidades importantes en Emérita Augusta. El conjunto se articula alrededor de tres patios y la existencia de peldaños que aún se conservan levantan sospechas sobre la existencia de un segundo piso superior. En algunas de sus salas aún se conservan mosaicos que perduran al paso de los siglos.

Con más de 180 años de historia es el museo de arqueología romana más importante de España. Se enmarca dentro del conjunto arqueológico de Mérida declarado Patrimonio de la Humanidad. Sus orígenes se remontan al siglo XVI, cuando empezó como una colección privada de piezas excavadas, sin embargo no fue hasta 1838 cuando se abrió al público bajo el nombre de Museo Arqueológico de Mérida.